En su último disco, Red se muestra la parte más canalla y festiva de la banda. Dándole duro al beat, al garaje y al power pop.
Hablar de Los Imposibles es hacerlo de una parte fundamental de la historia del pop español, de uno de esos capítulos que se escriben a sabiendas de que no muchos prestarán la atención debida, pero poco importa eso, siempre han hecho lo que han querido y no hay mayor victoria contra el paso del tiempo que esa.
Surgidos en Madrid a finales de los 80, su carrera comenzó en los bares de Malasaña en tiempos de revival garagero y rockero, pero a ellos lo que les gustaba era el beat de los Beatles, el pop de los Brincos, el folk-rock de los Byrds o el rhythm and blues de los Animals, eran un grupo que avanzaba en dirección contraria pero convencidos de lo que hacían. A lo largo de sus primeros discos mostraron su descomunal talento para crear complejas y preciosistas joyas de pop que remitían a obras maestras del pop clásico de los 60.
Con el paso de los años, Los Imposibles desenmarañaron sus melodías para acercarse a la pista de baile, entrelazando sus habituales gemas pop con temas de rhythm and blues y soul. Vientos y alma negra que dieron paso a aires de nueva ola y powerpop descarado.
Sala
Bandas del cartel
garaje rock