Egon Soda en Boogaclub (Granada)

21 Febrero 2019 (Jueves) 22:00
Granada (Granada)
Precio venta anticipada 10.00

ROJO Y NEGRO, NEGRO Y ROJO Incomprensible, la testarudez de algunos (incluidos medios especializados que teóricamente controlan el tema en cuestión) en seguir encasillando a Egon Soda como un grupo emparentado con el indie nacional. Conocida la reticencia de la mayoría de ellos, de los famosos indies, a tomar partido ante casi nada y su enorme agilidad cuando se trata de sortear charcos con el objetivo claro de llegar a casa (o las listas de ventas) con los zapatos lustrosos y secos, sólo es necesario reparar una vez más en las letras escritas por Ferran Pontón. Elemento recurrente a la hora de valorar el trabajo de la banda, cierto. Elemento al que hay que dedicar, de nuevo, especial atención. Dada la tirada del guitarrista – escritor a sumergirse y arrastrar al oyente a abismos literarios y a coquetear, correcto, con acantilados y precipicios varios, sorprende de inicio lo explícito de sus nuevos textos, suerte de reivindicación de la derrota política como elemento de cohesión y plausible ejemplo de cómo abrir en canal los sentimientos individuales para convertirlos en colectivos, en universales. Como la música negra, su refugio, su arma o simplemente una sabia elección: realizan en ella una inmersión sin respiración asistida, logrando que un tipo tan blanco como Ricky Falkner cante y palpite como Barry White, sus guitarristas y su teclista parezcan haber aprendido a tocar acompañando a Sly o a George Clinton y la base rítmica chulee demostrando un groove que se les suponían en potencia más que en acto. Programadas como capítulos correlativos, sus nuevos temas son negros. Y rojos. Arrancan con “Lucha de Clases”, con aviso final incluido (“no voy a rendirme, ¿me oyes?”), para encadenarla con un “Espíritu de la Transición” donde ya arrecia la sincopa, el arreglo subterráneo disonante, el solo de guitarra oscuro y orientado al sur. Inicio que, a la postre, deviene aperitivo de su primera gran nueva canción, la absorbente “Glasnot”, un single sin mácula, merecedora de edición en formato 7” ya mismo. Soul sedoso, nervio electrizado, voz sugerente. De traca, ideal para preparar tu mandíbula para recibir “Mi Famoso Gancho de Izquierda”, o escuchar a Charlie Bautista demostrando que podría tocar en los Who mientras el estribillo te arrastra a su interior. Ahí reside uno de los valores de este disco: saber pasar de lo intelectual a lo carnal para acabar aterrizando en lo sentimental, con desgarradoras secuencias como la bautizada “Te Pierdo”, retales de sentimiento de culpa y necesidad de asumirlo y buscar la redención. ¿Queda algo por demostrar? En “Matanza” se transforman en la banda de Carlos Santana antes de que el chicano vendiera su poción mágica a la religión. “Nuevos Horizontes” juega al equívoco para ofrecer justamente la porción más tradicionalmente rock del álbum (¿habrán grabado partes de guitarras en Muscle Shoals?), en “Corre, Hijo Puta, Corre” recitan más que cantan y los dos temas de despedida, “El Corazón de un Mundo sin Corazón” y “El Testigo”, les devuelven a la casilla de salida, con sendas demostraciones de cómo ocultar dagas envenenadas bajo una capa de terciopelo. Negro. Y Rojo. Y los muy tramposos, cuando hace cinco años publicaron El Hambre, el Enfado y la Respuesta, lo subtitularon “el difícil segundo disco de Egon Soda”. Como si se encontraran al borde del precipicio que reclamaban en su anterior álbum. Y llegan ahora para demostrar que, lejos de perder el equilibrio, han encontrado (y ofrecen) una nueva luz de obligado seguimiento. Una luz roja que combina a la perfección con el negro. ALFRED CRESPO

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Sala

| 33 fans
  • Género musical Rock
  • Zona influencia Granada
  • Aforo 300 personas
Boogaclub Calle Santa Bárbara 3 Granada / Granada

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Egon Soda